jueves, 19 de septiembre de 2013


ALMA COMPARTIDA

Sus inmensos lentes estaban rodeando su circunspecta cara,
Sus aviesos temblores les hacían nadar en un rio de desolación.
El cuerpo imprecaba la lascivia a la que se entregaba el alma
Cada vez que sus besos chocaban contra su espalda…
Su deleite era el placer con el que satisfacía sus deseos
Y la mirada atónita con la que conjugaban los dos pares de ojos hacía que cada vez fuera
Eclíptico el  momento del encuentro.
La joven literata se encontraba componiendo un munífico verso mientras que alma compartida
Explayaba en su inmenso lienzo lo que ella escribía y ambos conjuban su arte en un cuarto
Lleno de de pasión de literatura y pintura.
El alma de ambos estaba trasformada, poseída por una gran pasión que era el arte, el arte que los llevaba a lugares infinitos que los hacia meditar en unir sus vidas hacia un futuro lejano…

domingo, 10 de marzo de 2013


Un melifluo sabor se desliza por mis labios cada vez que veo tu sonrisa aparecer bajo esa pestaña de computador…

La  bruma de mis ojos se disipa con palmario dolor.

Pero aun asi tu mirada penetrante hace que mis ojos se envilezcan,  que crezca hasta el cielo  y  que encuentre refugio,  cual caballo en hacienda.

 Mi tosudo carácter muchas veces hace no querer entrar en razón y me  hace discutir contigo sobre cosas  vanas como la belleza, pero siempre de una forma delicada  haces que entre en razón y que no subestime mi alma.

Gracias por tu amistad por tu delicadeza por  tratarme como la princesa que no soy… gracias por tu amistad y disculpa si no me pudo salir un poema lindo para ti pero las palabras se me quedan atoradas timoratamente  en la garganta...

TE QUIERO PAUL GRACIAS POR TU AMISTAD

jueves, 10 de enero de 2013


Acomodo toda mi ropa en una fila alineada sobre mi cama y siento un  belicoso impulso por escribir.
Me siento en mi ordenador y dejo que mis manos dancen canoramente sobre el teclado.
Ya  hace un año que no se de él, se marchó de mi vida y me dejo hecho pedazos el corazón.
 Noce como imprecar mi mala suerte, he sentido el dolor tan de cerca desde niña que me parece increíble que no pueda aguantar este dolor que me está hundiendo en los más bajos recónditos de mi alma.
El cuarto cada vez se hace más pequeño y me falta el aire y yo tirada en el piso solo alcanzo a distinguir mis ropas desechas por mis manos, rasguños en todo el cuerpo  hacen ver lo munífico que ha  sido aquella tarde y una botella de licor dispersa por mis heridas hace que mi dolor externo sea aún más influyente en mi cuerpo.